Thursday, December 24, 2009

Regalo de Navidad

Hoy 24 de diciembre quería contarles una historia real, chiquita, que me acaba de pasar (o que acabo de generar).

Sebas y yo decidimos que este año, en lugar de regalarnos los regalos que nos regalamos todos los años, le íbamos a dar ese dinero o ese regalo a alguien que de verdad lo recibiese de otra forma, alguien que lo necesite mucho más que él o que yo.

Entonces me desperté, desayuné, escuché música y me fui a correr. Decidí hacer la vuelta larga: Crisólogo, Parque Sarmiento, una vuelta y el regreso por Núñez.
En el parque, debajo de un árbol, vive un hombre hace mucho tiempo. Con sus perros. Y sus cosas. Él iba a ser la persona a la que le daría mi regalo (o mejor, el de Sebas). Lo vi y lo llamé: “Señor, señor”. (Nada) “Señor”. Pero no escuchaba. Ni me registraba. Hasta que llegué a estar a menos de un metro de él y se dio vuelta solo por mi sombra. El tipo no estaba acostumbrado a que la gente le hable a él. Todos los “señor” que a partir de algún momento de su vida había escuchado iban dirigidos a otra persona. Entonces le di el regalo y solo le dije “tome señor, para Navidad”. Me miró, sonrió… y siguió cocinando en su parrilla. Esa era la reacción que menos esperaba. Sí esperaba que me agradezca, que se enoje, o que yo le diga algo, pero no el silencio.

Esa es la historia. Y mi idea de compartirlo era que siendo algo muy chiquito quizás se convierta en algo más grande. Y que todo el mundo sepa que quedan horas nada más para navidad, pero días para año nuevo, semanas para reyes, y 365 días para todo un año en el que se pueden generar historias chiquitas (o grandes) como esta.

¡Feliz Navidad a todos!